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A pesar de todo, los medios de manipulación y la clase política reaccionaria en decadencia, se esfuerzan aún en empujar a una Xóchitl Gálvez que ya no sabe qué más hacer, para obtener un poco de respaldo social.
POR MALTHUS GAMBA
23 enero, 2024
¿Y dónde está el “fenómeno”?
Como en las viejas películas del pasado, la gente podría utilizar esta frase, para intentar localizar a la candidata opositora, con el “imán personal” incuestionable que anunciaban. A la figura política que iba a “jalar” la preferencia de una sociedad impactada por su novedosa forma de hacer política.
Xóchitl Gálvez ha sido siempre un ejemplar menor en el mundo neoliberal del que ha formado parte. Nada novedoso hay en ella. Es parte de la vieja clase prianista, que hundió al país en la violencia extrema, la inseguridad y la pobreza.
Sin embargo, alguien dentro del grupo conservador controlado por Claudio X González, tuvo la brillante idea de que con Xóchitl Gálvez, podía escenificarse en la vida política mexicana, un “refrito” de la novela escrita hace más de un siglo por George Bernard Shaw, titulada “Pigmaleón” y conocida en el cine norteamericano como “Mi Bella Dama”.
Xóchitl interpretaría el papel de “Elisa Doolittle” que, en la cinta, fue protagonizado por Julie Andrews. Una humilde vendedora de flores que es recogida por Henry Higgins para ser convertida en una dama, en el corto espacio de seis meses. Una apuesta va de por medio, y el estudioso del lenguaje Higgins no está dispuesto a perderla.
Pigmaleón de Shaw y “Mi Bella Dama”, fueron rotundos éxitos en su momento.
El refrito mexicano, con Xóchitl Gálvez en el protagónico, es por el contrario un rotundo fracaso.
La humilde “vendedora de gelatinas” es senadora conservadora. Tiene empresas que ganan dinero, en base a contratos de poca claridad, con constructoras ligadas al “Cártel Inmobiliario”. Su lenguaje es rústico y elemental, tal y como lo escribió el autor del libro. Sin embargo, Xóchitl no tiene deseo alguno de comportarse y expresarse de mejor modo. Por el contrario, piensa que el ser vulgar, es una “cualidad” que puede ser explotada políticamente. Que eso le da apariencia de “pueblo”.
Su “mentor” actual, Claudio X González, no intenta hacer algo mejor con ella. Por el contrario. Quiere destacar todo lo elemental que existe en el personaje de Xóchitl, para que aparezca en escena como una ciudadana salida de un oscuro rincón del país y que en base a esfuerzo personal, alcanza el “triunfo” de ser aspirante a la presidencia, impulsada por “su pueblo” y no por los dueños del dinero, que son quienes en realidad la empujan.
Con Peña Nieto y su “Gaviota”, los neoliberales nos vendieron el cuento del “Príncipe Azul” que encuentra a su “Bella Durmiente”. Y les funcionó. Los medios masivos de manipulación y la prensa en su conjunto, se encargaron de crear la imagen de la joven pareja feliz, que conduciría a todos los mexicanos a ese “nidito de amor” que ellos ya disfrutaban.
Y todo terminó en una farsa insultante, que la gente no perdonó en su momento y de la que guarda memoria en la actualidad.
Así es que este nuevo cuento que intentan vendernos, colocando en el centro del relato a “la niña de las gelatinas”, para inflarla al nivel de ”fenómeno político”, no prospera.
Es más, es identificada inmediatamente por la gente, como otro intento de engaño. Una grotesca representación que provoca rechazo y nunca respaldo.
Xóchitl Gálvez aparece, a pocos días de iniciar las campañas rumbo a la presidencia, a 30 puntos porcentuales de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum. Una diferencia espectacular e inalcanzable para cualquier político de carrera. Y más aún para un personaje que ha vivido de la política, sin conocer en realidad de qué trata el servicio público y la representación social.
A pesar de todo, los medios de manipulación y la clase política reaccionaria en decadencia, se esfuerzan aún en empujar a una Xóchitl Gálvez que ya no sabe qué más hacer, para obtener un poco de respaldo social.
Aparece dos y hasta tres veces al día en programas conducidos por Ciro Gómez Leyva, Carmen Aristegui, Joaquín López Dóriga, José Cárdenas, Carlos Alazraki, Loret de Mola y otros. Le abren los micrófonos, esperando que hable sensatamente y exponga el proyecto que quiere impulsar desde la presidencia.
Antes, ya la maquillaron, peinaron y eligieron sus mejores ángulos. Acomodaron reflectores y colocaron teleprompters a su alcance. La poca gente que se interesa en estas entrevistas “a modo”, está a la espera.
Y Xóchitl aparece echando su clásico “soy muy xingona”, mintiendo con descaro, hablando de las gelatinas que vendió en el pasado y equivocando palabras e ideas, según su costumbre.
Ahí se rompe el sueño. Es como si dieran las doce de la noche en otro cuento, y “Cenicienta” perdiera los adornos que su “hada madrina” le concedió por unas horas y volviera a ser la rústica trabajadora que regresa a casa en una calabaza, que dejó de ser carroza.
Por eso los treinta puntos de diferencia entre Claudia Sheinbaum y ella.
Hay algo que el presidente López Obrador dijo el día de hoy en su Conferencia Mañanera y que se relaciona con esto:
“Hemos roto el cerco informativo que permitía a los grupos conservadores, a través de sus medios de manipulación, imponer como verdad, la mentira que construían para ocultar la corrupción e impunidad imperantes en el país. Hoy La Mañanera, es un ejercicio informativo de ida y vuelta, donde respondemos a la mentira y desenmascaramos a los falsarios. La Mañanera y las Redes Sociales, ya no permiten que prospere el montaje, la calumnia y la mentira. El control informativo en manos de grupos de poder, se acabó. Ellos no lo entienden, o no lo quieren entender, pero vivimos tiempos nuevos, donde el engaño desde el Poder, no funciona”
La elección presidencial de este año, no llevará al triunfo a una presidenta de cartón. A un títere en manos de los dueños del dinero.
Llegará a la presidencia una mujer con carácter, formada en la izquierda y con el sello humanista del Movimiento de Transformación. Habrá Segunda Etapa de la Transformación.
Y la prueba clara de ello es que Claudia Sheinbaum poco aparece en medios de manipulación. No está todo el tiempo en pantalla, o en la radio.
No lo necesita. Ella trabaja a ras de piso. Con la gente. Con el Pueblo que respalda mayoritariamente su candidatura.
Tendremos presidenta y será una verdadera dama.
No el torcido rumbo que nos ofrecen de nuevo “El Canal de las Estrellas”, o la televisora de “Dientes de Burro” y demás medios manipuladores.
Son treinta puntos y el experimento fallido, va a la baja.
Malthus Gamba
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