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Por Malthus Gamba
ABR 27, 2023
Lo que sucedió en la prensa opositora y en redes sociales, donde se representó una comedia vulgar y repugnante, que antes que generarle dividendos al grupo conservador, le ocasiona una dolorosa derrota que se suma a la larga lista de fracasos de Claudio X González y al resto de los empresarios fascistas que se mueven detrás de él, no tuvo nada que ver con la falta de información sobre la salud del presidente López Obrador.
El Pueblo de México supo desde el primer momento, que se trataba de un cuadro de Covid y que el primer mandatario se encontraba en Palacio Nacional, atendido convenientemente por el grupo de médicos que ven por su salud, de manera permanente.
Información hubo y suficiente, como para aclarar cualquier duda.
Pero los empresarios mexicanos y los dueños de capitales extranjeros que tienen interés en recuperar el poder político en nuestro país de manera urgente, vieron una “ventana de oportunidad” para lanzar una campaña desafortunada, en contra del gobierno de la Cuarta Transformación.
Intentaron presentar a un López Obrador, débil, enfermo, incapacitado por enfermedades graves que le impiden conducir un país que requiere de la fortaleza de su primer mandatario.
López Obrador con una insuficiencia cardiaca grave.
López Obrador sufriendo de un derrame cerebral que con seguridad lo deja impedido para conducir al país en adelante.
López Obrador con daño cerebral severo.
López Obrador muerto y oculto dentro de las paredes de Palacio Nacional, mientras se buscaba una salida urgente, que impida descarrile el proyecto de Cuarta Transformación en el país.
Todo esto circuló en medios de comunicación de filiación conservadora y en las cuentas en redes sociales, asociadas a las granjas de bots que controla el conservadurismo.
El aderezo a ese repugnante platillo, fue el tsunami de mensajes de odio, donde se aplaudía la enfermedad del presidente, o se festejaba un deceso que se pronosticaba inminente.
Toda la podredumbre reaccionaria salió de las bocas conservadoras, de la misma forma en que sale por las coladeras tapadas, la suciedad que expulsa el ser humano.
Es mentira que el área de Comunicación Social de presidencia, haya fallado al no proporcionar más datos sobre la salud del presidente.
¿Qué querían los medios conservadores?
¿Fotografías del presidente aislado por el contagio?
¿Una rueda de prensa en el dormitorio del convaleciente?
Los datos que se dieron desde el inicio, fueron confirmados el día de ayer, por un presidente López Obrador entero, trajeado, bien arreglado y en uso total de sus facultades físicas y mentales.
Se trató de un contagio de Covid, que le provocó en un primer momento, una baja en la presión arterial.
Fue todo.
Ante la evidencia de las mentiras vertidas por los periodistas a sueldo que sirven a la oligarquía, algunos, como Raymundo Riva Palacio, ofrecen una desangelada y biliosa disculpa.
Una disculpa que no vale un peso, cuando la calumnia y la mentira ya hicieron lo suyo. O al menos intentaron hacer eso.
“La calumnia cuando no mancha, tizna” y una disculpa no remedia en nada el daño que intenta causar.
Otros comunicadores, más cínicos que Riva Palacio (si los hay), intentan transferir sus culpas al área de comunicación de presidencia, justificando sus mentiras con esta idea ridícula:
“Cuando no existen datos disponibles y la información no llega a los medios de comunicación, el periodista hace especulaciones para llenar esos vacíos”
Esta idea de Sergio Sarmiento, es ejemplo claro del periodismo servil practicado por Aristegui, Loret de Mola, Riva Palacio, Ciro Gómez, López Dóriga, Brozo y demás fauna reaccionaria en medios informativos.
La verdad está presente por regla general. Se encuentra a la vista de todos. Es clara y también evidente.
Pero los Sarmiento y compañía se niegan a verla. Prefieren “especular”, que en realidad es sinónimo de mentir.
Generan “verdades” alternas que intentan vender como realidad. Aún cuando esas mentiras no se sostienen por sí mismas.
La presencia del presidente López Obrador en un video transmitido el día de ayer, tira de un manotazo el castillo de naipes construido con “especulaciones” por la prensa reaccionaria y sus granjas de bots.
No hubo infarto, ni derrame cerebral. El presidente está vivo y goza de salud plena.
No hay locura generalizada al interior de Palacio Nacional, buscando la forma de anunciar la muerte del primer mandatario.
La mentira conservadora cae por sí misma y queda un malestar generalizado en contra de un periodismo mentiroso, que no tiene respecto hacia nada y hacia nadie.
Un periodismo que difunde versiones basadas en la especulación. Una prensa corrupta y mentirosa que tiene la idea de que en un momento cualquiera, alguna de sus mentiras prenderá socialmente, desencadenando un rechazo masivo hacia el gobierno de la Cuarta Transformación.
“Lo que se sube a redes sociales, queda para siempre en redes sociales”
Esta sentencia es verdad y aplica en este caso.
Toda la suciedad que publicaron y compartieron los grupos reaccionarios, en relación a la enfermedad del presidente López Obrador, está registrada en redes.
Los deseos y burlas para que la salud del primer mandatario se deteriorara, o para que tuviera el peor desenlace, quedan ahí, como evidencia de su falta de calidad humana.
Especular es faltar a la verdad y en un periodista, es una inclinación que muestra su falta de ética y el lamentable papel que asume, cuando el servilismo hacia el poderoso, lo lleva a desinformar a la audiencia que confía en un profesionalismo que no tiene.
Le salió cara la farsa a la gente de Claudio X González. No lograron debilitar al presidente López Obrador, a los ojos de una sociedad que sabe que el presidente no miente y que si está enfermo, lo dice sin intentar disfrazar la enfermedad.
Los “especuladores” quedan una vez más como mentirosos profesionales.
Sus disculpas no se aceptan.
Sus excusas, menos.
Son el segmento social más limitado. Los mentirosos más elementales. La clase social con menos valores humanos.
Son buitres ávidos que sobrevuelan la tragedia ajena, esperando sacar ventaja de ella.
El Pueblo de México los conoce bien. No se deja engañar por sus especulaciones.
Y no les dará su voto en las elecciones de este año, ni en las importantes del año entrante.
Especulen cuántos partidos reaccionarios, van a desaparecer en 2024.
Puede que ahí sí le atinen.
Malthus Gamba
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